La contundente periodista de investigación Dilyana Gaytandzhieva habla de su innovador trabajo para descubrir el tráfico internacional de armas con protección diplomática de los gobiernos occidentales a los terroristas, así como su descubrimiento de los laboratorios biológicos financiados por el Pentágono y repartidos por toda Eurasia.
Gaytandzhieva descubrió que toda Europa del Este estaba implicada en una red para armar a los terroristas con armas pagadas por Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, todo ello bajo cobertura diplomática. Visitó numerosos laboratorios biológicos y descubrió que estaban situados en zonas residenciales en las que la gente se quejaba de la contaminación, la muerte y las enfermedades. Incluso interrogó a Robert Kadlec.
El Pentágono financió 11 laboratorios biológicos en Ucrania y ha estado buscando muestras de ADN y sangre específicamente de ciudadanos rusos. Hablamos de la censura de los medios de comunicación y de los últimos acontecimientos en Europa, donde cuestionar la narrativa ahora puede llevarte a la cárcel.
En diciembre de 2016, la periodista Gaytandzhieva mientras informaba sobre la batalla de Alepo, descubrió y filmó almacenes subterráneos llenos de armas pesadas con Bulgaria como país de origen. Eran utilizados por el Frente Al Nusra (la filial de Al Qaeda en Siria, designada como organización terrorista por la ONU). Los documentos diplomáticos que se le filtraron revelaron que estas armas eran sólo una pequeña parte de una red internacional encubierta de envío de armas a través de 350 vuelos diplomáticos para el armamento de los terroristas en Oriente Medio y África. Estaba organizada por el USSOCOM, Arabia Saudí y los EAU. Recientemente obtuvo nuevos documentos secretos que implican a gobiernos y traficantes de armas en el tráfico de armas a zonas de guerra y decidió lanzar una plataforma de periodismo de investigación independiente Arms Watch.