Mattias Desmet es profesor de psicología clínica en la Universidad de Gante (Bélgica). Imparte cursos de psicoanálisis individual y también de psicología de las multitudes. Es un experto en tiranía, totalitarismo e hipnosis de masas

Publié par Contra información sur 26 Janvier 2022, 15:51pm

En un podcast publicado en Internet, en artículos y entrevistas (por ejemplo, aquí), el profesor Desmet explica cómo se forma la hipnosis de masas. Cuando este periodo distópico acabe en los libros de historia, nos preguntaremos cómo se produjo todo, pero el análisis de Desmet ya nos da claros indicios de lo que está ocurriendo hoy ante nuestros ojos.

¿Cómo es posible que la vida humana se haya reducido a estar encadenada y esclavizada por un código QR, con la libertad que otorgan los gobernantes al final de las distintas vacunas? ¿Cómo ha sido posible cambiar la libertad por un cocktail Spritz en el bar y dividir la sociedad en vacunados y no-vacunados? ¿ Cómo nuestras vidas se han reducido a ser escaneadas por una aplicación, como si se tratara de un alimento comprado en el mostrador del supermercado?

¿Cómo ha sido posible justificar esta deriva en nombre de una emergencia permanente, con un Estado chantajista que, al tiempo que se protege de cualquier responsabilidad penal y civil, nos dice qué hacer con nuestros cuerpos en nombre de las pretendidas s exigencias colectivas y de la protección de la salud?

¿Cómo ha sido posible instaurar la ciencia como una religión y el tótem de la vacuna como una panacea para todos los males de la humanidad? ¿Cómo todo esto fue posible, entre otras cosas, en una nación como Francia, desafiando su espléndida Constitución, su pasado ilustrado y sus santos principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad?

Sobre todo, porque en sólo dos años se han podido borrar décadas de lucha y derramamiento de sangre para hacer valer las libertades que nos corresponden como seres humanos.

El investigador belga se pregunta desde hace tiempo por la hipnosis colectiva que se produce, incluso frente a medidas gubernamentales insensatas y contradictorias. Una hipnosis que lleva a los individuos a sacrificar voluntariamente su libertad, incluso ahora que la variante Omicron, altamente contagiosa pero no letal, parece marcar el punto de inflexión hacia el final de la pandemia de Covid 19.

Según Desmet, existen cuatro condiciones básicas para que la sociedad sea vulnerable a la hipnosis de masas:

1) La falta de vínculos sociales, el aislamiento y el miedo resultante;

2) No concebir un sentido o un objetivo en su vida;

3) La ansiedad fluctuante (basta con ver el número de medicamentos contra la ansiedad y depresión que se recetan cada año);

4) Altos niveles de frustración y agresividad.

Las mentiras y contradicciones alimentadas por la corriente dominante han sido creídas por las masas, a las que se alimenta constantemente con una narrativa inspirada en el miedo al virus y el odio a quienes se resisten a tomar la vacuna o a quienes hacen preguntas contrarias a las decisiones del gobierno. Estos últimos son considerados parias de los que hay que burlarse y excluir de la sociedad, aunque sean médicos, científicos y premios Nobel.

Desmet dice: "Los padres que hacen picar con avidez a sus hijos entran en la conciencia de la multitud llamada "formación de masas". Este cambio social se produce cuando hay o ha habido un periodo de miedo fluctuante, y es un paso en el camino hacia un estado totalitario. El totalitarismo siempre comienza con una formación de masas dentro de la población

Esto no es lo mismo que una dictadura. En una dictadura, la gente obedece por miedo fundamental al dictador de arriba, pero el totalitarismo es lo contrario. La gente está hipnotizada para obedecer "por el bien de la comunidad". (...) Ya no son racionales ni críticos como antes, ya no siguen la lógica".

La razón por la cual tantas personas están dispuestas a participar en este delirio colectivo, "es que en esta narrativa encuentran un nuevo vínculo social. La ciencia, la lógica y la equidad no tienen nada que ver.

Desmet pone de relieve la diferencia entre una dictadura ascendente y el totalitarismo: "Por regla general, en una dictadura clásica, el dictador se vuelve más suave y menos agresivo una vez que las voces disidentes, su oposición, son reducidas al silencio. Una vez que ha tomado el poder por completo, ya no necesita ser agresivo y puede recurrir a otros medios para mantener el control.

En un estado totalitario ocurre lo contrario. Es fundamental entender esto, porque en una sociedad totalitaria, una vez que la oposición es silenciada, es cuando el Estado comete sus mayores y más crueles atrocidades.

En los dos últimos años, las ideas discrepantes sobre Covid y las vacunas han sido puntualmente silenciadas. Uno se pregunta cuándo la ciencia se ha vuelto definitiva e incuestionable y cuándo se cierra al diálogo. ¿Y por qué, después de dos años, la propaganda machaca cada vez más la vacuna única para todos, dando lugar a verdaderas formas de persecución de personas sanas, culpables sólo por rechazar un tratamiento médico impuesto?

¿Cómo es posible que, después de estos años, el mayor número de contagios se produzca entre los que tienen un pase sanitario, ya que a los no vacunados se les ha impedido incluso vivir y moverse libremente? ¿Dónde está la lógica de todas estas medidas que son políticas y, por supuesto, no sanitarias?

De hecho, hoy en día, la política se ha apoderado de la vida biológica. El famoso Código de Nuremberg y el "consentimiento informado" nacieron precisamente como una defensa del individuo contra ciertas extensiones peligrosas del poder político.

Hoy, en la era digital, vivimos una forma inédita de golpe de Estado disfrazado de política sanitaria, entre decretos emitidos en un corto espacio de tiempo e inoculaciones perpetuas erigidas en una nueva forma de fe salvadora. Todo ello acosado por la prisa y la arrogancia del leviatán sanitario, cada vez más nervioso y cada vez más devorador de las vidas de todos, vacunados o no, ahora más "humanos".

La historia nos enseña que hasta los hechizos se rompen, por mucho tiempo que pase. Es un tiempo de vigilancia para esperar que caiga el telón de esta comedia del absurdo, con todos sus tristes personajes, y que la Vida, a pesar de toda la violencia con la que se topa cíclicamente, gane por encima de todo, mientras esta falsa buena gobernanza acabe devorándose a sí misma.

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