Los hechos han quedado claros. Al igual que su predecesor rumano en la maldad, Nicola Ceaucescu, el presidente de la República Francesa Emnanuel Macron ha emprendido acciones maliciosas, deliberadas y criminales contra el conjunto de sus electores.
Miles de muertes por rechazo a la atención médica
En cuanto comenzó la crisis sanitaria, se apresuró a prohibir los medicamentos recomendados por los más respetados expertos en medicina vírica (Didier Raoult, Christian Perronne, etc.). Hizo que estos medicamentos (hidroxicloroquina, ivermectina, etc.) se excluyeran de las pruebas realizadas a escala nacional. Por último, privó a los llamados médicos generalistas de su derecho inalienable a la libre prescripción.
Al hacerlo, está directamente implicado en la muerte de decenas de miles de personas afectadas de covid por falta de atención. Pues ahora se ha comprobado que estos medicamentos han tenido un efecto altamente beneficioso y protector en los casos en que se han utilizado. En la India y Japón, el virus se erradicó simplemente mediante el uso intensivo de la ivermectina. En los países africanos acostumbrados a consumir hidroxicloroquina (para combatir el paludismo), el covid sigue siendo irrisorio. Y ni hablar de los excelentes resultados obtenidos por el IHU Méditerranée-Infection del profesor Didier Raoult.
Las vacunas, una operación de gran bandolerismo privado más que de salud
En cambio, rodeado de un equipo sanitario cuyos miembros ya no pueden ocultar sus enormes vínculos de interés con la industria farmacéutica, ha impuesto una campaña de vacunación masiva con productos preparados a toda prisa y con opacidad por laboratorios que han sido condenados varias veces con miles de millones de dólares en multas por charlatanería reiterada (Pfizer). Peor aún, estas empresas han conseguido no revelar la composición de sus mezclas. Los Estados cómplices les han eximido de toda responsabilidad por los posibles efectos secundarios graves.
Estos graves efectos secundarios son innumerables e innegables. Los grupos de edad (menores de 60 años), hasta ahora poco o nada afectados por el covid, pagan ahora el precio de esta desastrosa política: miocarditis, infartos con resultado de muerte, que están afectando a jóvenes, deportistas...
Los pases, divisiones intolerables en la sociedad civil francesa
Al igual que muchos de sus colegas extranjeros, el presidente Macron se apresuró a ratificar la situación del monopolio de las vacunas imponiendo un pase sanitario y luego un pase de vacunas, creando divisiones intolerables en la sociedad civil francesa.
El resultado de todas estas maniobras, mucho más parecidas al crimen organizado que a la alta política, es humanamente catastrófico y criminal. Estos actos deben ser llevados ante las más altas autoridades judiciales del país: el presidente Emmanuel Macron debe ser juzgado y condenado urgentemente por alta traición al país que estaba encargado de administrar.