El director del Statens Serumsinstitut, Henrik Ullum, el ministro de Sanidad, Magnus Heunicke, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, y el director del Consejo Nacional de Sanidad, Soren Brostrom, en una rueda de prensa el 17 de diciembre de 2021. AFP
El 7 de enero, uno de los periódicos más importantes de Dinamarca pidió disculpas a sus lectores, admitiendo que había sido "absorbido de manera casi hipnótica" por los discursos de las autoridades durante casi dos años, y que no había estado lo suficientemente atento.
A buena hora
Un arrepentimiento que contrasta con las recientes medidas adoptadas por el reino. Bajo la ola de contaminaciones de Omicron, desde mediados de diciembre de 2021, el país ha puesto en marcha toques de queda, pases sanitarios, tests obligatorios a pesar de la vacunación, cierre de teatros, cines, salas de conciertos... Medidas que habían desaparecido en septiembre de 2021, cuando Dinamarca alcanzó el 73% de vacunación.
Tres semanas más tarde, en su artículo, el periódico asegura que "los expertos nos explican la situación mediante movimientos de péndulo, advirtiéndonos constantemente del monstruo de la corona que duerme bajo nuestras camas." Una exasperante reactivación de las medidas sanitarias, que sin embargo no parecen durar. A principios de este mes, Tyra Grove Krause, responsable de sanidad de Dinamarca, se mostró optimista sobre la evolución de la epidemia, aunque no mencionó todavía ningún cambio en las medidas.
Ekstra Bladet titula "Hemos fracasado
Es uno de los mayores grupos de prensa del país, un diario generalista en formato tabloide que data de 1904. "Nosotros, la prensa, hemos hecho balance de nuestro trabajo, y hemos fracasado", escriben.
¿A qué se debe esta repentina toma de conciencia? Las cifras de hospitalizaciones y muertes, y la interpretación de las mismas: "¿Cuál es la diferencia entre 'con Covid' y 'de Covid'? No nos hicimos esa pregunta en el momento adecuado. La diferencia es grande.
Se trata de una hipótesis largamente esgrimida por los llamados conspiradores, según la cual las cifras estarían muy infladas por el etiquetado abusivo de los casos "Covid", que muchas veces padecen comorbilidades. Entonces, ¿“con Covid” o “de Covid”?
"Las cifras oficiales de ingresos resultaron ser un 27% más altas que la cifra real de personas hospitalizadas simplemente por tener Covid-19. Sólo lo sabemos ahora", admiten en el artículo.
Un fracaso compartido con las autoridades sanitarias
Otro ejemplo destacado por el periódico es el de las vacunas. "Las vacunas son constantemente designadas como nuestra 'súper arma'. Y nuestros hospitales son llamado "súper hospitales". Sin embargo, estos "súper hospitales" están aparentemente sometidos a una presión máxima, aunque casi toda la población está armada con una "súper arma".
Incluso los niños son vacunados, en gran medida, lo que no se ha hecho en nuestros países vecinos", explica humildemente Ekstra Bladet, señalando la falta de eficacia de las vacunas, especialmente a hacer frente a Omicron, que infecta tanto a los vacunados como a los no vacunados. Una constatación que hace eco a lo que se puede escuchar en Francia.
Por ello, el periódico comparte su fracaso con las autoridades: "En general, los mensajes enviados por las autoridades y los políticos a los ciudadanos en esta crisis histórica dejan mucho que desear. Mienten, como siempre lo han hecho cuando la población pierde la confianza en ellos.
El cuarto poder
En junio de 2021, fue el redactor jefe del periódico alemán Bild quien abrió el camino pidiendo disculpas a la población en un vídeo hecho público: "Quiero expresar aquí lo que ni nuestro gobierno ni nuestro canciller se atreven a decirles: les pedimos perdón por haberles hecho, durante año y medio, víctimas de la violencia, las negligencias, el aislamiento y la soledad.[...] Perdón por esta política y esta cobertura mediática que, como un veneno, les ha inculcado el sentimiento de que erais un peligro mortal para la sociedad. [...] Cuando un Estado priva a un niño de sus derechos, debe demostrar que lo protege de un peligro concreto e inminente. Esta prueba nunca se ha aportado. Se sustituyó por la propaganda que presentaba al niño como vector de la pandemia. Los que querían destruir esta propaganda nunca fueron invitados a la mesa de los expertos.
Aunque no ha habido muchas otras confesiones de este tipo en 2021, el artículo del periódico danés forma parte de un cambio general de opinión que se está produciendo en todas partes desde la llegada de la variante Omicron. ¿Servirá de ejemplo a otros medios de comunicación convencionales?