Los medios de comunicación institucionales financiados por Pharma quieren hacer creer al público que las enfermeras que se niegan a ser obligadas a recibir una inyección experimental como condición para conservar el empleo son una pequeña minoría.
¿Pero lo son? ¿Qué pasará este otoño si Estados Unidos pierde el 50% o más de sus enfermeras?
¿Y quién más está en la mejor posición para evaluar la efectividad o el daño causado por las inyecciones de COVID, si no las enfermeras que tratan a los vacunados en los hospitales de nuestra nación?
Si se enfermara o lesionara y necesitara atención hospitalaria, ¿a quién prefiere que le atiendan: a los trabajadores sanitarios que defienden los principios aunque supongan la pérdida de sus carreras, o a los trabajadores sanitarios que conocen la verdad pero están dispuestos a mirar hacia otro lado y a seguir los protocolos estándar, por muy perjudiciales o ineficaces que sean, sólo para poder seguir cobrando su sueldo?
Esta es la otra cara de la historia de las propias enfermeras en este vídeo. Sus voces están censuradas.
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