El Gran Juego: Tumba de los Imperios 4.0

Publié par Contra información sur 17 Août 2021, 11:24am

Una bofetada al cuadrado , o incluso al cubo. Esto es lo que recibió Washington en Afganistán. Por supuesto, no es el primer imperio que ve sus sueños truncados en el terreno de la insolencia: los británicos victorianos, los rusos zaristas y los soviéticos saben algo de esto. Incluso el gran Gengis Khan lo pasó mal y tuvo que intentarlo dos veces...

El derrumbe de las fabulosas quimeras estadounidenses, destinadas a convertir el país en una plataforma para lanzarse al asalto de Asia Central y dividir Eurasia para siempre, es sólo un agregado más a una lista ya (muy) larga. Pero son las condiciones en las cuales se producen esta derrota lo que llama la atención.

En el último post, nos preguntamos:

A partir de ahora, la cuestión ya no es si los talibanes ganarán, sino cuándo. En este punto, las opiniones difieren. Muchos ven que en los próximos meses se repetirá un escenario similar al de Vietnam, en el que el gobierno caerá tan pronto como el último soldado suba al último helicóptero. Recordemos, sin embargo, que tras la salida del Ejército Rojo en 1989, el régimen comunista afgano resistió hasta 1992 antes de caer, a pesar de que se preveía su caída.

Aquí es precisamente donde entra en juego el fiasco de Estados Unidos. Sin embargo, la moribunda URSS había conseguido formar, en pocos años y sin muchos recursos, un ejército profesional que resistió durante tres años a los muyahidines apoyados por potencias extranjeras.

En este caso, veinte años de construcción nacional y cientos de miles de millones de dólares sólo condujeron a un lamentable colapso en pocos días frente a una fuerza guerrillera que sólo dependía de sí misma. Un terrible golpe a los "valores" americanos.

Los talibanes se apoderan de los lujosos palacios de los señores de la guerra patrocinados por Washington y se divierten allí, mientras estos últimos huyen con armas y equipaje a los países vecinos (aquí, Dostum esperando que Uzbekistán abra su frontera):

Kabul 2021 en modo Saigón 1975

Más al oeste, el ejército afgano, lamentablemente entrenado por la OTAN, se refugia con su equipo de fabricación estadounidense en... ¡Irán! Todo un símbolo.

Otro clavo en el ataúd es que los talibanes controlan ahora más territorio del que controlaban en 2001, antes de la intervención estadounidense (no olvidemos que en aquel momento, el cuarto noreste del país estaba en manos de la Alianza del Norte del comandante Massoud y que los "estudiantes" de teología no habían conseguido imponer su dominio en otras partes del país).

En este mismo momento, cuando los talibanes entran en la capital, las escenas de "sálvese quien pueda" en el aeropuerto de Kabul recuerdan furiosamente a cierto Vietnam y la comparación, obviamente, no se queda ahí...

Realismo ruso y chino

Resulta sumamente revelador que mientras las embajadas occidentales evacuan a su personal a toda prisa, Moscú deja ahí a sus diplomáticos. Atrás queda cuando el ruso era persona non grata en Afganistán, o incluso un objetivo a eliminar de inmediato.

Durante años, como hemos explicado, el Kremlin ha sabido que los talibanes acabarían ganando y ha abierto inteligentemente canales de comunicación con el movimiento, insistiendo especialmente en el enemigo común: Daech. Una diplomacia de pequeños pasos que ahora está dando sus frutos y que permite a los rusos permanecer en Kabul en un momento en el que muchos otros están huyendo.

Los chinos también están entrando en el juego. Una delegación talibán fue recibida oficialmente en el imperio del medio a finales de julio: garantías de no apoyar a ningún grupo separatista (en Xinjiang) a cambio de reconocimiento internacional o incluso de ayuda económica.

Porque, como hemos explicado en varias ocasiones, los nuevos talibanes son muy diferentes de sus predecesores:

Tanto es así que los hazaras, un pueblo chiíta perseguido por la primera versión de los talibanes en los años 90, acuden ahora a ellos en busca de protección contra el Estado Islámico. Los talibanes 2.0, "empoderados" en cierto modo, han aceptado la petición, deseando ahora, sin duda, aparecer como los guardianes de la seguridad afgana y del interés nacional.

Desde entonces, han asegurado a todos los estados vecinos que no habrá injerencia en sus asuntos internos (¡mientras algunos mandos en 1996 hablaban incluso de "tomar Samarcanda"!), han abierto canales de comunicación, han propuesto la cooperación económica...

Y si Moscú, como principio de precaución, aumenta sus entregas de armas a su aliado tayiko y a Uzbekistán, no es imposible que los turbulentos turbantes mantengan sus compromisos o incluso se embarquen de lleno en la integración euroasiática, en formas aún por definir. Todo dependerá del peso de las diferentes facciones dentro del movimiento taleb, que es más fuerte, más independiente pero también más heterogéneo que en la época del motociclisita Omar...