El Ministro de Asuntos Exteriores ruso ha dicho que los países occidentales están llevando a cabo una ofensiva contra las religiones y el "código genético" de las civilizaciones, con el objetivo de eliminar todos los obstáculos en el camino del liberalismo.
En un artículo publicado el 28 de junio en la revista rusa de análisis de las relaciones internacionales Russia in Global Affairs y retransmitido por RT Francia, el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, analiza ampliamente la actitud y las ambiciones de los países occidentales en materia de relaciones internacionales, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza.
A este respecto, Lavrov lamenta el progresivo reemplazo del derecho internacional por "reglas" fijadas por Occidente, que conducen a una política de "doble rasero" que evoluciona en función de sus intereses. Este proceso se manifiesta en un ataque no sólo al derecho internacional sino también a la "naturaleza humana".
Lavrov lamenta un ataque contra el "código genético de las principales civilizaciones del planeta"
Según el jefe de la diplomacia rusa, "en las escuelas de varios países occidentales se intenta persuadir a los niños, como parte del programa escolar, de que Jesucristo era bisexual.
Según él, los intentos de los políticos "sanos de espíritu" de proteger a los niños contra la "propaganda LGBT agresiva" se enfrentan a protestas beligerantes bajo el pretexto de una "Europa ilustrada".
Refiriéndose a una "ofensiva en curso contra los fundamentos de todas las religiones del mundo" e incluso contra "el código genético de las principales civilizaciones del planeta", el ministro ruso considera que Estados Unidos ha tomado "la delantera en la flagrante injerencia del Estado en los asuntos de la Iglesia, tratando abiertamente de dividir a la Ortodoxia mundial, cuyos valores son percibidos como un poderoso obstáculo espiritual en el camino constituido por la concepción liberal de una permisividad sin límites".
Estos comentarios recuerdan las recientes posturas adoptadas por varios Estados miembros de la UE, que han denunciado una ley húngara destinada a prohibir la promoción de la homosexualidad entre los menores. 17 Estados miembros, entre ellos Francia, Alemania, Países Bajos, Italia y Bélgica, enviaron una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la que lamentaban "las amenazas a los derechos fundamentales y, en particular, al principio de no discriminación por motivos de orientación sexual". El 23 de junio, el Presidente de la Comisión calificó la ley de "vergonzosa".