CoronaCircus - ¿Test ? ¿Vacunaciones? ¿Pase sanitario ??? Todos serán cazados, uno detrás de otro

Publié par Contra información sur 3 Juin 2021, 17:19pm

Transcripción:

¿De qué se trata si no es de nuestra salud? (9 de mayo de 2021)

¿Cómo habrías reaccionado si te hubieran dicho a principios de 2020,

- Que desde mediados de marzo de 2020 hasta hoy, no sólo en Alemania, sino en todo el mundo, las personas, incluidos los niños, se verían forzadas a llevar máscaras,

- Que, en nombre del llamado confinamiento, toda la clase media alemana, así como la clase media de todo el mundo occidental, se vieran amenazadas por la insolvencia,

- Que millones de operaciones quirúrgicas, medidas sanitarias como la detección del cáncer, la rehabilitación y otros cuidados médicos necesarios se pospondrían, con consecuencias inconmensurables para la salud de las personas afectadas,

- ¿Que miles de enfermos en fase terminal en Alemania y en muchos otros países se vean obligados a morir solos y aislados, sin la presencia de sus familiares?

- ¿Que en toda Alemania y en gran parte del mundo las personas se han visto privadas de su libertad durante semanas, sin orden judicial, sólo sobre la base de los llamados "decretos de cuarentena"?

- ¿Que en Alemania y en muchos otros países se persigue a la gente por celebrar un cumpleaños, por sentarse en un banco del parque, por hacer footing o por atreverse a cantar?

Los parlamentos repletos de nuestros representantes elegidos carecen de poderes de facto, y los gobiernos, tanto federales como estatales, han emitido una multitud de reglamentos arbitrarios, cuyo contenido y limitaciones nadie entiende, y ello sin ninguna legitimación por parte del pueblo...

Todos los derechos democráticos básicos han sido suspendidos de facto, incluido nuestro derecho democrático básico más importante, la libertad de expresión.

¿Habrías pensado que esto es normal y natural, o te habrías mostrado incrédulo y te habrías preguntado: "Pero cómo es posible esto en una democracia? "

Era una pregunta retórica por mi parte, claro, porque por supuesto, tú que me estás escuchando te habrás hecho esa pregunta.

Mientras tanto, todo lo que acabo de enumerar se ha convertido en una realidad, pero parece que nadie en nuestro gobierno se ha hecho la pregunta más relevante del mundo, a saber: ¿por qué se puso todo esto en marcha? Porque a día de hoy no hemos recibido respuesta a esta pregunta, ni del gobierno federal ni de los Länder. Todo lo que obtuvimos fue: "Estamos en una pandemia, así que obedece. Haz lo que te digan y hazlo sin rechistar. "

Esto es exactamente lo que el director del Robert-Koch-Institut RKI, un veterinario de nombre Wieler, nos ha explicado expresamente cuando ha exigido en nombre del gobierno federal -porque hay que decir que el RKI es una autoridad federal superior, que debe obedecer las instrucciones de los gobiernos, del Ministerio de Sanidad federal- cuando nos ha explicado públicamente que no debemos hacer preguntas, sino obedecer las órdenes.

Esto nos debería haber asombrado, cortar el aliento a la democracia, porque una democracia vive precisamente de la competencia moral, y esta competencia moral requiere dos cosas: la capacidad de hacer preguntas en lugar de seguir ciegamente las órdenes, y la capacidad de discutir otras opiniones en lugar de difamarlas en bloque.

Tanto la libertad de hacer preguntas como la capacidad de debatir están en el corazón de la libertad de expresión y, por tanto, en el corazón de la democracia.

Esta orden del gobierno -recordemos de nuevo que el RKI es una administración que se rige por instrucciones- fue el comienzo del más grave ataque a nuestra democracia.

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Así que las preguntas subyacentes que siguen son:

¿En interés de quién se produce este ataque de nuestro propio gobierno a nuestra democracia, es decir, al poder del pueblo?

Y más aún, quién tiene interés en destruir el poder del pueblo, la democracia, y sustituirla por lo que hemos visto en el último año, un régimen totalitario fascista.

Empecemos por la pregunta de fondo:

¿En qué pruebas se apoya esta sentencia que destruye la democracia y causa enormes daños?

Si se hubieran planteado preguntas concretas al respecto, y si el gobierno federal hubiera entablado un debate público, o incluso si sólo hubiera respetado el principio general de "audiatur et altera pars", "Que la otra parte también sea escuchada", en lugar de seguir exclusivamente las exigencias cada vez más descaradas de un tal Sr. Drosten, entonces estas tres preguntas concretas deberían haberse formulado:

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- En primer lugar, ¿cuál es la peligrosidad real de este supuesto nuevo virus?

La respuesta habría sido estar de acuerdo con la ciertamente muy controvertida OMS y del muy respetado profesor Dr. John Ioannidis de la Universidad de Stanford según la cual, con una tasa de mortalidad por infección del 0,14-0,26%, el virus no es más peligroso que la gripe estacional.

En segundo lugar, ¿cuál es el impacto sanitario y económico de las llamadas medidas "anti-corona" adoptadas?

La respuesta muy detallada y precisa a esta pregunta está disponible en el Ministerio Federal del Interior desde mayo de 2020 en forma de lo que ahora se denomina "Documento sobre las falsas alarmas". Este documento fue elaborado por un especialista del Ministerio del Interior altamente cualificado y formado en la evaluación de riesgos para proteger a la población, y mientras tanto todo el mundo conoce la respuesta descrita anteriormente: los efectos de las llamadas medidas anti-corona son devastadores.

- En tercer lugar, ¿cuál es la fiabilidad del test PCR para detectar la infección que Drosten desarrolló en enero de 2020?

En un momento en que él, Wieler y los demás seguían afirmando públicamente que no había nada que temer del coronavirus. Y este test fue inmediatamente recomendado por la OMS en todo el mundo.

La respuesta es la siguiente: un test de PCR no puede proporcionar ninguna información sobre una infección, ni siquiera está homologado para ese fin. Por eso este test sólo dispone de una "autorización de uso de emergencia" en Estados Unidos, y no de una verdadera autorización por completa.

¿Dónde he encontrado las respuestas a estas tres preguntas? Estos son los resultados del trabajo del Comité Corona, que mi colega Viviane Fischer y yo fundamos junto con otros dos abogados el 10 de julio de 2020, y que desde entonces ha contado con el asesoramiento continuo del neumólogo y antiguo jefe del departamento de salud pública durante muchos años, el Dr. Wolfgang Wodarg, la profesora Dr. Ulrike Kämmerer, catedrática de biología humana de la Universidad de Würzburg, y el profesor de derecho Dr. Martin Schwab de la Universidad de Bielefeld.

Este comité ha consultado desde entonces a más de 100 científicos respetados y de renombre mundial: médicos, abogados, economistas, psicólogos, psiquiatras y muchos otros.

Ya ni siquiera es necesario explicar a nadie que el daño causado por estas medidas es devastador. Una tercera guerra mundial no habría sido peor.

El hecho de que el peligro real del virus -sea cual sea exactamente, e independientemente de que nunca haya sido aislado de forma científicamente correcta- no es mayor que el de la gripe estacional, hecho que ha sido admitido incluso por la OMS, que asume una tasa de infección del 0,14%, como he mencionado anteriormente.

Y la inmensa mayoría de los que mueren tienen más de 80 años y presentan múltiples patologías graves preexistentes. Así lo demuestran, entre otras cosas, las autopsias realizadas por el profesor Püschel de Hamburgo y, curiosamente, realizadas en contra la voluntad expresa del RKI.

Entretanto, decenas de científicos han confirmado que el llamado " test PCR de Drosten ",que se ha vuelto tristemente célebre en todo el mundo, no permite sacar conclusiones sobre las infecciones, contrariamente a lo que afirma su inventor, el Sr. Drosten. Incluso la OMS y el CDC, el instituto de referencia estadounidense homólogo al RKI alemán, lo han admitido y han subrayado que un test positivo no dice nada sobre la infección de la persona analizada.

Esto se debe a que este test no permite distinguir entre los materiales vivos y los materiales muertos. Por lo tanto, no puede decir si lo que detecta es un fragmento muerto, un remanente de la defensa exitosa del sistema inmunitario del organismo contra un ataque viral que fue superado en el pasado, o si un virus vivo ha penetrado realmente en las células y se está multiplicando allí. Es únicamente esto que puede conducir a una infección. Este test no puede decirnos tampoco si los síntomas que aparecen en una persona no provienen de otro agente patógeno, por ejemplo un virus del resfriado o de la gripe.

Además, los CDC afirman en dos frases que "la detección de ARN viral no sugiere la presencia de un virus infeccioso ni que el Covid 19 sea el agente causante de los síntomas clínicos", y que "este test no permite excluir una enfermedad causada por otros agentes bacterianos o virales".

Ah, sí, y por supuesto: ambas afirmaciones suponen que la persona que se somete al test presente síntomas, por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de garganta, dolor en las extremidades, diarrea, etc.

Normalmente, una persona que no padece ningún síntoma, es decir, ningún trastorno, y que, por tanto, no podría dar al médico ninguna indicación para un diagnóstico médico de lo que sea, pues bien, una persona que no tiene nada no va al médico. ¿Qué respondería a la pregunta del médico: "De qué sufre usted? "¿Si no presentas ningún síntoma?

Normalmente, al menos hasta la llegada de Corona, las personas que no presentaban síntomas se consideraban sanas, y eran consideradas sanas -y percibidas como tales.

También hay que tener en cuenta que la afirmación según la cual existirían infecciones sin síntomas, llamadas "asintomáticas", es una tesis que el Sr. Drosten ha formulado. Sin embargo, como demostró un reciente estudio realizado en Wuhan (China) a finales del año pasado con 10 millones de participantes, no existen infecciones asintomáticas.

Así pues, resumamos: estas dos afirmaciones falsas -la afirmación de que existen infecciones asintomáticas y la afirmación de que el test PCR de Drosten puede detectar infecciones- provienen ambas del propio Drosten.

Las ha publicado a principios de 2020 en dos artículos que ni siquiera cumplen con los estándares científicos aceptados. Por cierto, sobre el tema de estos test de PCR, 22 científicos de renombre internacional se han puesto de acuerdo para darlo a conocer en su llamado "documento de retractación".

Además, cuando publicó estas declaraciones, sabía perfectamente que eran falsas. Sabía, en el momento de la publicación, y con respecto a la infección asintomática, que el caso que ha citado como ejemplo de una mujer china que visitó Alemania no era asintomático en absoluto. Incluso había tratado sus síntomas con un medicamento comúnmente utilizado para la gripe.

Y según una entrevista que concedió a Wirtschaftswoche en 2014, era muy consciente de que una test PCR positivo no significa nada en términos de infección.

Pero el Sr. Drosten, además de los graves conflictos de intereses financieros, tiene otro problema de credibilidad. En efecto, existen dudas en relación a su tesis doctoral y a si tiene derecho a ostentar el título de doctor. Se está llevando a cabo una acción legal al respecto.

También en cuanto a su credibilidad. Durante la epidemia de gripe porcina de 2009, y junto con el ahora completamente desacreditado inglés Neil Ferguson, advirtió a la población de las desastrosas consecuencias y de los millones de muertes si no se producía una vacunación masiva de inmediato.

Estas predicciones resultaron ser totalmente infundadas y erróneas, y la gripe porcina resultó ser una "gripe benigna". Sin embargo, las vacunas ya habían sido compradas por muchos países de todo el mundo -en condiciones que han permanecido secretas hasta el día de hoy- y luego fueron inyectadas antes de que se destruyeran todas las existencias a un gran costo. Como resultado, aproximadamente 1.300 niños, especialmente en Escandinavia, están gravemente discapacitados de por vida por padecer narcolepsia.

La pregunta es por qué el gobierno federal, sin ni siquiera una sospecha de empatía o de compasión, siguió los consejos de este hombre y sus demandas de confinamiento masivo, por qué ordenó estas medidas devastadoras que, entre otras cosas, dejaron a los enfermos en fase terminal morir solos, sin el respaldo de sus seres queridos.

¿Y por qué el gobierno no sólo se negó a escuchar otros puntos de vista, sino que los descartó como teorías de extrema derecha, antisemitas y teorías conspirativas, sin siquiera examinarlas, y mucho menos debatirlas?

En resumen, cómo es que el gobierno -y, a su vez, el gobierno de los Länder- ordenó a sabiendas y voluntariamente medidas mortales y devastadoras, exigiendo que nadie hiciera preguntas y, además, ignoró y denigró deliberadamente todos los demás consejos científicos y médicos de que el supuesto nuevo virus no presentaba una amenaza mayor que el virus de la gripe, que se disponía de tratamientos eficaces a un coste prácticamente nulo y que el conjunto de las medidas causaría los daños sanitarios y económicos más devastadores.

¿Cómo llegó el gobierno federal a ignorar incluso los datos corroborantes detallados en el voluminoso "documento de las falsa alarmas" que mencioné antes, escrito por un funcionario altamente calificado del ministerio del Interior en materia de defensa civil?

Y lo más importante, por qué el gobierno federal, en total desacuerdo con el Código de Nuremberg, autoriza un experimento médico en su propia población, y les miente deliberadamente para hacerlo.

Por qué el gobierno federal permite que la población, que ha sido empujada en esta dirección durante el último año, sea tratada con un producto denominado vacuna, que en realidad un tratamiento genético cuya eficacia es muy controvertida, y cuya peligrosidad nunca ha sido probada adecuadamente en ningún estudio científico, y que se está probando ahora mismo, "en vivo", por así decirlo, en una población confiada.

¿Por qué, después de los efectos secundarios masivos, incluyendo una multitud de muertes registradas, por lo que cualquier estudio serio se detendría inmediatamente, el gobierno permite que este experimento continúe?

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En resumen: ¿a qué intereses representa el gobierno alemán cuando ordena medidas tan destructivas? ¿Los del pueblo alemán, u otros, totalmente diferentes?

Dado el hecho obvio de que representantes inteligentes y empáticos de un gobierno nunca actuarían de esta manera, en contra de su propio pueblo, optando por medidas que dañarían gravemente su salud, su economía y, sobre todo, la democracia, la pregunta obvia es: ¿En nombre de quién está actuando el gobierno de esta manera? ¿Y por qué razones?

Cuando se sabe que los principales asesores del Gobierno Federal alemán, además de Drosten, el Wellcome Trust y la Fundación Bill y Melinda Gates, son altos representantes de la industria farmacéutica productora de vacunas y de la industria tecnológica, todos ellos reclaman al unísono la introducción de un pasaporte digital de vacunación, cabe sospechar que son sus intereses los que se están representando aquí, y no los de los ciudadanos, y que se está haciendo sin ninguna empatía.

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Un grupo cada vez más numeroso de abogados internacionales, en particular angloamericanos, están colaborando estrechamente para arrojar luz sobre la oscuridad y encontrar respuestas a las preguntas de quién está detrás de todo esto y quién debe rendir cuentas. Porque, como dijo el jurista Louis Brandeis, antiguo miembro del Tribunal Supremo de Estados Unidos, "se dice que la luz del sol es el mejor de los desinfectantes".

Y esta luz del sol es la luz al final del túnel que todos podemos percibir ya, es cada vez más brillante brillante.

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