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Whitney Webb, autora profesional, investigadora y periodista desde 2016 y el reportero de investigación Jeremy Loffredo, en su meticulosa investigación sobre las actuales campañas de vacunación de Covid 19, específicamente en torno a la vacuna de AstraZeneca/Oxford, se encontraron con conexiones y antecedentes que simplemente ponen los pelos de punta. En su informe del 12 de Marzo de 2021 concluyen: La eugenesia ha vuelto.
A pesar de los importantes problemas de seguridad y los escándalos de los ensayos clínicos, casi 160 países han comprado la vacuna de AstraZeneca/Oxford. Incluso la India, el país con la segunda población más grande del planeta, está produciendo esta vacuna a toda velocidad en su propio país.
La vacuna de AstraZeneca/Oxford se anuncia como "vital para los países de bajos ingresos" porque, según sus defensores, no sólo es más barata de adquirir sino también mucho más fácil de manejar. Las precauciones especiales de refrigeración requeridas para otras vacunas Covid no son necesarias en este caso. Pero el proyecto de Oxford y AstraZeneca no es un esfuerzo puramente filantrópico, dicen Webb y Loffredo en su detallado informe. Hay mucho más detrás de la vacuna que un motivo de lucro muy dominante. Por cierto, esto explica las relaciones públicas completamente inapropiadas que encubrieron todos los percances. Es sobre todo, la conexión de los principales investigadores y desarrolladores con la Sociedad Británica de Eugenesia para tomar nota.
Whitney Webb y Jeremy Loffredo escriben: "Uno pensaría que la sociedad mundial no sería susceptible de tales herejías a estas alturas. Sin embargo, la Sociedad Británica de Eugenesia sigue actuando públicamente, "con el objetivo de mejorar biológicamente la nación y aliviar las cargas impuestas a la sociedad por los genéticamente 'no aptos'". Esto podría ser tachado como una extraña y repulsiva nota política secundaria si no fuera porque algunos de los actores y desarrolladores de la vacuna AstraZeneca/Oxford están asociados a organizaciones en donde el objetivo es mejorar la higiene racial.“
Por lo tanto, como concluyen Whitney Webb y Jeremy Loffredo en su informe, el público debería tomarse con extrema precaución cualquier afirmación sobre la introducción de vacunas, aunque se presente como muy filantrópica, utilizando términos como "inclusión", "justicia racial" y "preservación de la salud pública". Porque, como dijo en 1968 el cofundador de la Sociedad Americana de Eugenesia -que más tarde pasó a llamarse Sociedad para el Estudio de la Biología Social- Frederick Osborn de forma auto reveladora: "Es más probable que los objetivos eugenésicos se alcancen con otro nombre que no sea el de la eugenesia".
Por lo tanto, no es casualidad que una vacuna con tantas intolerancias, casos tardíos y muertes documentadas así como con propiedades destructoras de la fertilidad, vaya a ser distribuida en Sudamérica, África, este y sudeste asiático. Es seguro que los países pobres tendrán dificultades para resistir la presión de la vacunación que se ejerce sobre ellos.