Ni siquiera el Instituto Robert Koch y otras autoridades sanitarias pueden presentar pruebas concluyentes de que un nuevo virus llamado SARS-CoV-2 nos esté acechando. Este hecho por sí solo convierte el discurso sobre las peligrosas mutaciones virales en un alarmismo irresponsable y los llamados tests de PCR del SARS-CoV-2 en una empresa inútil.
En una solicitud de un estudio que mostrara el aislamiento y la purificación completa de las partículas que se afirma que son el SARS-Cov-2, Michael Laue uno de los principales representantes mundiales del "pánico" al COVID-19, el Instituto alemán Robert Koch (RKI), respondió que[1] :
No conozco ningún documento que haya purificado y aislado el SARS-CoV-2.
Es una declaración más que notable, admite un fracaso total. Esta concesión es coherente con las afirmaciones que hicimos en nuestro artículo "Los test PCR de COVID19 no tienen ninguna importancia científica" que OffGuardian publicó el 27 de junio de 2020, un artículo que fue el primero en el mundo en describir detalladamente por qué los tests PCR del SARS-CoV-2 no tienen ningún valor para el diagnóstico de una infección viral.
Uno de los puntos cruciales de este análisis es que los estudios que sostienen haber demostrado que el SARS-Cov2 es un nuevo virus potencialmente letal no tienen derecho a afirmarlo, particularmente porque los estudios que afirman haber "aislado" el SARS-Cov-2 en realidad no han logrado aislar (purificar) las supuestas partículas del nuevo virus.
Así lo confirman las respuestas de los científicos de los respectivos estudios a nuestra encuesta, que se presentan en una tabla en nuestro artículo - entre ellos, el documento más importante del mundo sobre la afirmación de haber detectado el SARS-Cov-2 (por Zhu et al.), publicado en el New England Journal of Medicine el 20 de febrero de 2020, y ahora incluso el RKI.
Por cierto, disponemos otra respuesta confirmatoria de los autores [2] de un estudio australiano.
Se busca, pero no se encuentra: el virus SARS-CoV-2
Además, Christine Massey, una ex bioestadística canadiense dedicada a la investigación del cáncer, y uno de sus colegas en Nueva Zelanda, Michael Speth, así como varias personas de todo el mundo (la mayoría de las cuales prefieren permanecer en el anonimato) han presentado solicitudes de libertad de información a docenas de instituciones sanitarias y científicas y a un puñado de oficinas políticas de todo el mundo.
Buscan cualquier documentación que describa el aislamiento del virus SARS-COV-2 a partir de una muestra inalterada tomada de un paciente enfermo.
Pero las 46 instituciones/oficinas que respondieron no han proporcionado ni citado ningún registro que describa el aislamiento del "SARS-COV-2" en absoluto; y el Ministerio de Sanidad alemán ha ignorado por completo sus solicitudes de libertad de información.
El empresario alemán Samuel Eckert ha solicitado a las autoridades sanitarias de varias ciudades como Múnich, Düsseldorf y Zúrich un estudio que demuestre el completo aislamiento y depuración del "SARS-CoV-2". Todavía no lo ha obtenido.
Recompensas por la prueba del aislamiento y de la causalidad
Samuel Eckert llegó a ofrecer a Christian Drosten 230.000 euros si podía presentar extractos de publicaciones que demostraran científicamente el proceso de aislamiento del SARS-CoV-2 y su sustancia genética. El plazo límite (31 de diciembre de 2020) venció sin que Drosten respondiera a Eckert.
Y otra fecha límite venció el 31 de diciembre sin que se presentara la documentación deseada. En este caso, el periodista alemán Hans Tolzin ofreció una recompensa de 100.000 euros por una publicación científica que describiera un intento exitoso de infección con el SARS-Cov-2, que produjo de forma fiable la enfermedad respiratoria en los sujetos de prueba.
La variación del tamaño de las partículas reduce también la hipótesis del virus al absurdo
Recientemente, nos han asustado por pretendidas nuevas cepas de "SARS-CoV-2", pero esta afirmación no se basa en una ciencia sólida.
En primer lugar, no se puede determinar una variante de un virus si no se ha aislado completamente el virus original.
En segundo lugar, ya hay decenas de miles de nuevas cepas supuestamente "encontradas" desde el pasado invierno en todo el mundo. De hecho, la base de datos del virus GISAID contiene ahora más de 452.000 secuencias genéticas diferentes que dicen representar una variante o mutación del SARS-Cov2.
Por lo tanto, afirmar que de repente hay "nuevas cepas" es una bazofia, incluso desde un punto de vista ortodoxo, porque, desde ese punto de vista, los virus mutan constantemente. Así, pueden afirmar constantemente que han encontrado nuevas cepas, perpetuando el miedo.
Este temor es tanto más absurdo cuanto que las micrografías electrónicas publicadas en los estudios en cuestión muestran partículas que supuestamente representan el SARS-CoV-2. Estas imágenes revelan que el tamaño de estas partículas es extremadamente variable. De hecho, el ancho de banda oscila entre 60 y 140 nanómetros (nm). Un virus con una variación de tamaño tan extrema no puede existir realmente.
Por ejemplo, de los seres humanos se puede decir que varían de 1,50 metros a 2,10 metros aproximadamente, ya que hay varios individuos de diferentes alturas. ¡Ahora bien, decir que los virus en su conjunto oscilan entre 60 y 140 nm -como hicieron Zhu et al.- puede tener eventualmente sentido; pero decir que los viriones individuales del SARS-Cov2 varían tanto sería como decir que Juan varía su altura de 1,60 a 2 metros según las circunstancias!
Se podría responder que los virus no son individuos humanos, pero también es cierto que, según la virología, cada virus tiene una estructura bastante estable. Así pues, con el SARS-Cov2 se están tomando libertades de definición que confirman aún más que todo lo relativo a este virus específico es aún más aleatorio de lo habitual. Y esa licencia de definición ilimitada llevó a que la entrada de Wikipedia sobre el coronavirus se modificara, y ahora informa de que "Cada virión del SARS-CoV-2 tiene un diámetro de entre 50 y 200 nm".
¡Eso sería como decir que Juan varía su altura de 1 a 4 metros según las circunstancias!
Lo que se hace pasar por SARS-Cov2 son, en realidad, partículas de todo tipo, como también se puede ver en las imágenes proporcionadas por el mencionado artículo de Zhu et al. A continuación se muestra la foto que Zhu et al. presentan como la foto del SARS-Cov2:
Utilizando un dispositivo de medición de tamaño (FreeRuler), se pueden medir las partículas que los autores atribuyen al SARS-CoV-2. Las partículas ampliadas en la foto de la izquierda tienen unos 100 nm cada una (en una escala de 100 nm). Pero en la imagen de la derecha, todas las pequeñas partículas indicadas con flechas como SARS-CoV-2, medidas en una escala de 1 MicroM (1000 nm), tienen tamaños totalmente diferentes.
Las flechas negras indican en realidad vesículas. Al medir algunas de estas partículas con la regla, el resultado es que en la vesícula central, la partícula más alta del centro mide casi 52 nm, por tanto, por debajo del rango propuesto por Zhu et al (60 a 140 nm); la partícula inmediatamente a su derecha mide un poco más, unos 57. 5nm, pero todavía por debajo del límite; mientras que, casi en el centro de la vesícula más baja, la partícula más grande (flecha amarilla) mide unos 73,7nm, situándose dentro de los amplios márgenes de Zhu et al. Finalmente, en la vesícula inferior izquierda, la partícula más grande mide unos buenos 155,6nm, es decir, muy por encima del límite máximo definido por Zhu et al. (140nm).
Es probable que la corrección realizada recientemente en Wikipedia estuviera destinado a cubrir precisamente este problema.
Hay otros fuertes indicios de que las partículas denominadas SARS-CoV-2 en estas imágenes podrían ser, de hecho, esas partículas inofensivas o incluso útiles, denominadas "vesículas extracelulares" (VE), que tienen dimensiones extremadamente variables (de 20 a 10.000nm), pero que en su mayoría oscilan entre 20nm y 200nm, y que incluyen, como subcategoría, la de los "exosomas".
Los exosomas son partículas producidas por nuestras células y contienen ácidos nucleicos, lípidos y proteínas, y participan en diversas actividades útiles para nuestro organismo, como el transporte de moléculas inmunitarias y células madre, y la eliminación los desechos catabólicos de la célula.
Los exosomas representan quizás la mayor parte de las (VE) (vesículas extracelulares) y han sido objeto de numerosos estudios durante más de 50 años. Aunque pocas personas han oído hablar de estas partículas beneficiosas, la literatura científica sobre ellas es enorme, y sólo en PubMed, si se teclea "exosoma", ¡se ofrecen más de 14.000 estudios! No podemos entrar aquí en los detalles de las VE y los exosomas, pero es importante señalar cómo son indistinguibles de los virus, y varios científicos creen que en realidad lo que se define como un virus peligroso no es más que un exosoma beneficioso.
Esto es inmediatamente visible bajo el microscopio electrónico[3]:
Como puede verse, el mayor de los exosomas es del mismo tamaño y estructura que el llamado CoV-2-SARSS, por lo que es plausible creer que, en el gran mar de partículas contenidas en el sobrenadante del líquido broncoalveolar del paciente COVID-19, lo que se considera CoV-2-SARSS es sólo un exosoma.
Por qué la purificación es esencial para demostrar la existencia del SARS-Cov-2
Así que, lógicamente, si tenemos un cultivo con innumerables partículas extremadamente similares, la purificación de las partículas debe ser el primer paso para poder definir realmente como virus las partículas que se creen que son virus (además de la purificación de las partículas, por supuesto, tenemos que determinar sin falta, por ejemplo, que las partículas pueden causar ciertas enfermedades en condiciones del mundo real y no sólo en el laboratorio).
Por lo tanto, si no se ha realizado ninguna "purificación" de las partículas en ninguna parte, ¿cómo se puede afirmar que el ARN obtenido es un genoma viral? ¿Y cómo puede entonces utilizarse ampliamente este ARN para diagnosticar la infección por un nuevo virus, ya sea mediante tests por PCR o de otro modo? Hemos formulado estas dos preguntas a muchos representantes de la historia oficial de Covid en todo el mundo, pero nadie ha sido capaz de responderlas.
Por lo tanto, como se señaló en nuestro artículo anterior, el hecho de que las secuencias genéticas de ARN -que los científicos extrajeron de muestras de tejido preparadas como parte de sus estudios in vitro y con las que los tests de RT-PCR del SARS-CoV-2 han sido finalmente "calibrados"- pertenecen a un nuevo virus patógeno llamado SARS-CoV-2 por lo tanto, se basa únicamente en la fe, no en los hechos.
Por consiguiente, no se puede concluir que las secuencias genéticas de ARN "extraídas" de las muestras de tejido preparadas en el marco de estos estudios, con las que los tests PCR son "calibrados", pertenecen a un virus específico, en este caso el SARS-CoV-2.
En cambio, en todos los estudios que afirman haber aislado e incluso testado el virus, se hizo algo muy diferente: los investigadores tomaron muestras de la garganta o los pulmones de los pacientes, las ultracentrifugaron (proyectaron a gran velocidad) para separar las moléculas más grandes/pesadas de las más pequeñas/ligeras, y luego tomaron el sobrenadante, la parte superior del material centrifugado.
Esto es lo que han llamado "aislar", a lo que luego aplican el PCR. Pero este sobrenadante contiene todo tipo de moléculas, miles de millones de micro y nanopartículas diferentes, incluyendo las vesículas extracelulares (VE) y los exosomas mencionados anteriormente, que son producidos por nuestro propio cuerpo y a menudo son simplemente indistinguibles de los virus :
En la actualidad, es casi imposible separar las VE y los virus utilizando los métodos de aislamiento de vesículas canónicas, como la ultracentrifugación diferencial, ya que con frecuencia se copelan debido a su dimensión similar,
...Como se indica en el estudio The Role of Extracellular Vesicles as Allies of HIV, HCV and SARS Viruses (El papel de las vesículas extracelulares como aliadas de los virus del VIH, el VHC y el SARS), publicado en mayo de 2020 en la revista Viruses.
Así, los científicos "crean" el virus mediante el PCR: se toman cebadores, es decir, secuencias genéticas previamente existentes disponibles en los bancos genéticos, las modifican en base a un razonamiento puramente hipotético, y las ponen en contacto con el caldo sobrenadante, hasta que se unen a un determinado ARN en el caldo; luego, mediante la enzima transcriptasa inversa, se transforma el ARN así "capturado" en un ADN artificial o complementario (ADNc), que puede entonces, y sólo entonces, ser procesado por PCR y multiplicado por un determinado número de ciclos de PCR.
(Cada ciclo duplica la cantidad de ADN, pero cuanto mayor sea el número de ciclos necesarios para producir material "viral" detectable, menor será la fiabilidad del PCR, es decir, su capacidad para "obtener" realmente algo significativo del sobrenadante. Más allá de 25 ciclos, el resultado tiende a carecer de sentido, y todas las pruebas o protocolos de PCR que circulan actualmente siguen utilizando bastante más de 25 ciclos, normalmente 35-45).
Para empeorar las cosas, los cebadores están formados por 18 a 24 bases (nucleótidos) cada uno; el virus del SARS-Cov2 se cree que está formado por 30.000 bases, por lo que el cebador representa sólo el 0,08% del genoma del virus. Por lo tanto, es aún menos posible seleccionar el virus específico que se busca en un campo tan diminuto, y además en un mar de miles de millones de partículas muy similares.
Pero eso no es todo. Como el virus que se busca es nuevo, no hay manifiestamente cebadores genéticos listos para coincidir con la fracción específica del nuevo virus, así que se toman cebadores que se cree que pueden estar más cerca de la supuesta estructura del virus, pero se trata de una suposición, y cuando se aplican los cebadores al caldo sobrenadante, sus cebadores pueden unirse a cualquiera de los miles de millones de moléculas que hay en él, y no se tiene idea de que lo que se ha generado de esta manera es el virus que se busca. De hecho, se trata de una nueva creación de los investigadores, que la denominan SARS-CoV-2, pero no existe ningún vínculo con el virus "real" que se cree que causa la enfermedad.
El "genoma del virus" no es más que un modelo informático
Nunca se ha secuenciado el genoma completo del virus del SARS-CoV-2, sino que se ha "reconstruido" en un ordenador. El médico californiano Thomas Cowan lo calificó de "fraude científico". Y no es el único, ni mucho menos.
Cowan escribió el 15 de octubre de 2020 [énfasis añadido]:
Esta semana, mi colega y amiga Sally Fallon Morell me llamó la atención sobre un increíble artículo publicado por el CDC en junio de 2020. El objetivo del artículo era que un grupo de unos 20 virólogos describiera el estado de la ciencia sobre el aislamiento, la purificación y las características biológicas del nuevo virus SARS-CoV-2, y compartiera esta información con otros científicos para su propia investigación.
Una lectura minuciosa y cuidadosa de este importante documento revela algunas conclusiones impactantes.
La parte del documento titulada "Whole Genome Sequencing" (secuenciación del genoma completo) muestra que "en lugar de aislar el virus y secuenciar el genoma de punta a punta", el CDC "diseñó 37 pares de PCR anidados que abarcan el genoma sobre la base de la secuencia de referencia del coronavirus (número de acceso del GenBank NC045512).
Así que uno se pregunta cómo han secuenciado el virus, es decir, cómo lo han analizado genéticamente.
Pues bien, no analizaron todo el genoma, sino que tomaron algunas secuencias encontradas en los cultivos, afirmaron sin pruebas que pertenecían a un nuevo virus específico, y luego hicieron una especie de rompecabezas genético informático para rellenar el resto. "Utilizan la modelización informática para crear un genoma desde cero", como dice el biólogo molecular Andrew Kaufman.
Por ello, quizá no sea sorprendente que uno de los cebadores del test desarrollado por el Instituto Pasteur corresponda exactamente a una secuencia del cromosoma 8 del genoma humano.
No hay pruebas de que el SARS-CoV-2 pueda volar en el aire
Para detener supuestamente la propagación del llamado nuevo virus, se nos obliga a practicar diversas formas de distanciamiento social y a llevar máscaras. Detrás de este enfoque está la idea de que los virus, y en particular el SARS-CoV-2, que se cree que es el responsable de la enfermedad respiratoria Covid-19, se transmite a través del aire o, como se ha dicho más a menudo, a través de las gotitas nebulizadas en el aire de quienes tosen o estornudan o, según algunos, simplemente hablan.
Pero la verdad es que todas estas teorías sobre la transmisión del virus son sólo hipótesis que nunca se han demostrado.
Las pruebas faltaron desde el principio. Como informa Nature en un artículo de abril de 2020, los expertos no están de acuerdo en que el SARS-CoV-2 se transmita por vía aérea y, según la propia OMS, "las pruebas no son convincentes".
Incluso desde un punto de vista ortodoxo, los únicos estudios en los cuales la transmisión de un coronavirus (no el SARS-Cov2) a través del aire de manera preliminar han sido realizados en hospitales y residencias de mayores, en lugares que se dice que producen todo tipo de infecciones debido a las condiciones higiénicas.
Pero ningún estudio ha demostrado que la transmisión del virus se produzca en ambientes abiertos, o en ambientes cerrados pero bien ventilados. Incluso suponiendo que dicha transmisión se produzca a través del aire, se ha señalado que, para que se produzca el "contagio", es necesario que las personas entre las que se produce la supuesta transmisión estén en estrecho contacto durante al menos 45 minutos.
En resumen, todas las medidas de distanciamiento radical no tienen ninguna base científica.
No hay "infección" asintomática
Dado que la purificación de las partículas es el requisito previo indispensable para los siguientes pasos, es decir, la prueba de causalidad y la "calibración" de los tests, tenemos un test insignificante desde el punto de vista del diagnóstico, por lo que el mantra "test, test, test" de Tedros Adhanom Ghebreyesus, de la OMS, mencionado en nuestro artículo del 27 de junio, debe calificarse de anticientífico y engañoso.
Esto es especialmente cierto en el caso de los tests realizados a personas que no presentan síntomas. En este contexto, incluso un estudio chino de Wuhan publicado en Nature el 20 de noviembre de 2020, en el que se hicieron tests a casi 10 millones de personas y todos los casos positivos asintomáticos, los casos re-positivos y sus contactos cercanos fueron aislados durante al menos 2 semanas hasta que el test PCR fuera negativo, constató que:
Todos los contactos cercanos de los casos positivos asintomáticos resultaron negativos, lo que indica que los casos positivos asintomáticos detectados en este estudio probablemente no eran infecciosos.
Incluso el ortodoxo British Medical Journal se ha sumado recientemente a la crítica.
Poco antes de Navidad, la revista científica publicó el artículo "COVID-19: Mass testing is inaccurate and gives false sense of security, minister admits" (“COVID-19: Las pruebas masivas no son fiables y dan una falsa sensación de seguridad, admite el ministro"), en el que se explica que los tests desplegados en algunas regiones del Reino Unido simplemente no son precisos en absoluto para las personas asintomáticas y se afirma que no pueden determinar con exactitud si una persona es positiva o negativa, como escribió Collective Evolution. (La propia OMS lo ha admitido desde entonces en dos ocasiones - ed.).
Ya hace unas semanas, se podía leer en The BMJ que:
Los test masivos para elCOVID-19 son un desperdicio injustificado, mal concebido y costoso,
Y:
El cribado del COVID-19 en la población sana tiene un valor desconocido, pero se está introduciendo en todo el país
Y esto [énfasis añadido]:
"La respuesta del Reino Unido a la pandemia depende demasiado de los científicos y de otras personas nombradas por el gobierno que tienen intereses preocupantemente conflictivos, incluyendo intereses en empresas que fabrican pruebas de diagnóstico, tratamientos y vacunas para el covid-19".
Por otra parte, el abogado Reiner Füllmich, miembro de la comisión de investigación extraparlamentaria alemana "Stiftung Corona Ausschuss", afirmó que Stefan Hockertz, catedrático de farmacología y toxicología, le dijo que hasta ahora no se han encontrado pruebas científicas de una infección asintomática.
Cuando se le preguntó, el Instituto Robert Koch fue incapaz de enviarnos un solo estudio que demostrara que (a) las personas asintomáticas "positivas" hicieran enfermar a otra persona (no sólo "positivas"), que (b) las personas "positivas" con síntomas de enfermedad hicieran enfermar a otra persona (no sólo "positivas"), y que (c) cualquier persona que diera "positivo" al SARS-CoV-2 hiciera "positiva" a otra persona." [4]
"Si se dejara de hacer tests, el Covid desaparecería".
Ya en mayo, una importante publicación como la del Journal of the American Medical Association afirmó que un resultado "positivo" de PCR no indica necesariamente la presencia de un virus viable", mientras que un reciente estudio de Lancet afirma que "la detección del ARN no puede utilizarse para inferir la infecciosidad".
En este contexto, no se puede sino estar de acuerdo con Franz Knieps, jefe de la asociación de las cajas de enfermedad de las empresas en Alemania y en estrecho contacto desde hace años con la canciller alemana Angela Merkel, que declaró a mediados de enero que "si se dejara de hacer tests, el Covid desaparecería".
Curiosamente, incluso el hiperortodoxo zar de los virus y principal asesor del gobierno alemán, en materia de confinamiento y otras medidas, Christian Drosten, se ha contradicho sobre la fiabilidad de los tests PCR. En una entrevista de 2014 respecto al test PCR para el llamado MERS-CoV en Arabia Saudí, ha declarado:
El método [PCR] es tan sensible que puede detectar una sola molécula hereditaria del virus. Por ejemplo, si dicho patógeno atraviesa la membrana nasal de una enfermera durante un día sin que enferme ni note nada, de repente es un caso de MERS. Mientras que antes se informaba de las muertes, de repente se incluyen en las estadísticas casos leves y personas perfectamente sanas. Esto también podría explicar la explosión del número de casos en Arabia Saudí. Además, los medios de comunicación locales han elevado el caso a niveles increíbles".
¿Te suena vagamente familiar?
E incluso Olfert Landt critica los resultados de los test PCR, afirmando que sólo la mitad de las personas "infectadas por el coronavirus" son contagiosas. Esto es más que llamativo porque Landt no sólo es uno de los coautores de Drosten en el artículo de Corman et al -el primer protocolo de test de PCR aceptado por la OMS, publicado el 23 de enero de 2020 en Eurosurveillance- sino también el director general de TIB Molbiol, la empresa que produce los tests según este protocolo.
Lamentablemente, este conflicto de intereses no se menciona en el artículo de Corman/Drosten et al., tal y como criticaron 22 científicos -entre ellos uno de los autores de este artículo, Stefano Scoglio- en un reciente análisis en profundidad.
En total, Scoglio y sus colegas encontraron "graves conflictos de intereses de al menos cuatro autores", entre ellos Christian Drosten, así como varios fallos científicos fundamentales. Por tanto, concluyen que "el consejo de redacción de Eurosurveillance no tiene más remedio que retractarse".
El 11 de enero de 2021, la redacción de Eurosurveillance respondió al correo electrónico de Torsten Engelbrecht pidiéndole que comentara este análisis:
Somos conscientes de dicha solicitud [de retractarse del artículo de Corman/Drosten et al.], pero esperamos que entienda que no nos pronunciamos al respecto en este momento. Sin embargo, estamos trabajando para tomar una decisión a finales de enero de 2021.
El 27 de enero, Engelbrecht volvió a dirigirse a la revista y preguntó: "Estamos a finales de enero. Así que permítame preguntarle de nuevo: ¿Cuál es su comentario sobre el mencionado análisis de su artículo por Corman/Drosten et al. y va a retractarse del artículo de Corman et al. - o qué va a hacer al respecto? Dos días después, la redacción de Eurosurveillance respondió lo siguiente:
Esto lleva algún tiempo porque hay varias partes implicadas. Comunicaremos nuestra decisión en uno de los próximos números regulares de la revista.
Miles de millones de dólares desperdiciados en tests que no significan mucho...
Dada la falta de datos para la detección del presunto nuevo virus y para que los tests PCR del SARS-CoV-2 tengan sentido, resulta aún más indignante que no se hable públicamente de los costes de los tests, que son enormes. A menudo oímos a los políticos y a los tertulianos decir que, si se cumplen ciertos criterios los tests son gratuitos, pero eso es mentira. Lo que realmente dicen es que no se paga en el acto sino con vuestros impuestos.
Pero independientemente de cómo se pague, en Suiza, por ejemplo, el coste de un test PCR oscila entre 140 y 200 francos suizos (entre 130 y 185 euros). Así que hagamos las cuentas. En el momento de escribir estas líneas, la pequeña Suiza, con una población de 8,5 millones de habitantes, ha realizado unos 3.730.000 test de PCR para detectar el SARS-CoV-2, además de unas 500.000 tests de antígenos, que son un poco más baratos.
Teniendo en cuenta un precio medio de 170 CHF por test de PCR, esto representa la asombrosa cifra de 634 millones de CHF, o 586 millones de euros. Y a pesar de lo absurdo de realizar tests a personas asintomáticas, tan sólo la semana pasada, el 27 de enero, el Consejo Federal Suizo volvió a pedir a la población que se sometiera a los tests. Anunciando que a partir del día siguiente, los suizos también tendrán que pagar con sus impuestos las tests masivos de personas asintomáticas. El Consejo Federal Suizo calcula que esto costará unos mil millones de francos suizos.
El Dr. Tom Jefferson, epidemiólogo, dijo en una entrevista al Daily Mail
La mayoría de los kits de PCR siguen costando más de 100 libras esterlinas para obtenerlos de forma privada, y el gobierno [del Reino Unido] dice que ahora distribuye 500.000 al día. Pero incluso estas cifras se ven empequeñecidas por los 100.000 millones de libras que el Primer Ministro está dispuesto a gastar en su sueño de proporcionar a la gente tests [de PCR y de otros tipos] más o menos a demanda, 29.000 millones de libras menos que el presupuesto anual del¡ todo el NHS.
En Alemania, el precio varía considerablemente, dependiendo de si el test se paga de forma privada o no, pero en promedio es similar al del Reino Unido, y hasta la fecha se han realizado unos 37,5 millones de tests de PCR.
En Francia, un test de PCR cuesta unos 70 euros y ya se han realizado unas 45.959.545, lo que supone un coste de 3.217.168.150 euros.
En otras palabras, se gastan miles y miles de millones -o incluso se "queman"- en tests insignificantes que alimentan la "caza del ciervo" molecular y digital a nivel mundial de un virus que nunca ha sido detectado.
*Torsten Engelbrecht es un periodista de investigación de Hamburgo, Alemania. A principios de febrero estará disponible la nueva edición ampliada de su libro "Virus Mania" (en coautoría con el Dr. Claus Köhnlein MD, la Dra. Samantha Bailey MD y el Dr. Stefano Scolgio BSc PhD). En 2009, ganó el Premio Alemán de Medios Alternativos. Fue miembro de la plantilla del Financial Times Deutschland y también ha escrito para OffGuardian, The Ecologist, Rubikon, Süddeutsche Zeitung y muchos otros. Su página web es http://www.torstenengelbrecht.com.
**El Dr. Stefano Scoglio, licenciado y doctorado es un experto en microbiología y naturopatía. Coordina la investigación científica y clínica sobre los extractos de algas Klamath y los probióticos a base de microalgas, en colaboración con el Centro Nacional de Investigación italiano y varias universidades. Desde 2004, ha publicado numerosos artículos en revistas científicas internacionales. En 2018, Scoglio fue nominado para el Premio Nobel de Medicina.
***Konstantin Demeter es un fotógrafo e investigador independiente. Junto con el periodista Torsten Engelbrecht, ha publicado artículos sobre la crisis de "COVID-19" en la revista en línea Rubikon, así como contribuciones sobre el sistema monetario, la geopolítica y los medios de comunicación en periódicos suizos italianos.
NOTAS:-