Francia tiene dificultades para la reapertura por la sencilla razón de que sus dirigentes no quieren normalizar la situación bajo ninguna circunstancia, es decir, de tal modo que la vida vuelva a ser "como la de antes". La sociedad debe cambiar en profundidad, debe aceptar la vigilancia, las restricciones aleatorias, la anarquía, el fin de las libertades. La sociedad liberal debe ser destruida. Más allá del Covid, independientemente del Covid. Para ello, el hombre debe ser completo en su humanidad para aceptar este nuevo mundo. Parece estar en su punto. Macron anuncia el "pase sanitario" para acceder a los lugares de la vida social, con test, vacuna, datos personales…Eso es el apartheid, aquí sanitario, cuando los hombres y mujeres no tienen acceso a la vida social, por que son hombres o mujeres, sino en función de otros criterios: su color de piel, una test sanitario, etc. Como decía Joseph de Maistre, "cada nación tiene el gobierno que se merece". Es hora de que los franceses levanten la cabeza y reclamen el gobierno que Francia merece.
Como Israel lo ha anunciado recientemente (ver nuestro texto aquí), el nuevo mundo no está abierto a todos, sólo a los que se han sometido, aplastado, borrado. Pero no podemos basarnos en un criterio visible, como el del apartheid en Sudáfrica, así que debemos objetivar, materializar, la diferencia entre los hombres y así deshumanizarlos. Como en Sudáfrica, al igual que bajo la ocupación nazi, sólo algunas personas tenían acceso al espacio público, las demás debían ser distinguidas desde lejos (por su color de piel, por una estrella amarilla).
El mundo global del Covid muy simbólicamente, ha invertido la lógica del marcado. En el apartheid sanitario, son los sumisos los que deben estar marcados, ya que la sumisión es la conditio sine qua non para acceder al espacio público social en su totalidad. Además, Macron lo ha explicado perfectamente. Este "pase sanitario", que deberá dar acceso a los restaurantes, cines y otros lugares colectivos en cuanto vuelvan a abrirse (ya que habrá que abrirlos y relajar un poco a la población), no debe confundirse con el pasaporte de vacunación, ya que, por un lado, la vacunación no es accesible a todo el mundo y, sobre todo, porque es mucho más amplia: debe contener otros datos, como un test reciente, datos personales, etc.
En esta visión tan progresista de una sociedad "limpia", despojada de los hombres por falta de ser despojada de las enfermedades, este "pase sanitario" permitirá por fin limitar el acceso a las personas limpias y sumisas, a la vez que permite localizarlas. Ahora se entiende mucho mejor lo implacable de los confinamientos y las horas de salidas: había que hacer la vida de los franceses tan insoportable hasta llegar a considerar este ataque fundamental a su libertad y a su condición humana como una bendición
Dicho de otro modo, un acceso a la vida social reservado a una determinada categoría de personas es un apartheid. No es tanto el término lo que choca si no el hecho.
Y aún más chocante, ya que el Presidente no ve en ello ningún problema ético, sino meras cuestiones técnicas que deben resolverse en el Consejo de Ministros. Se entiende mejor el interés de esta futura ley por perpetuar el régimen de emergencia sanitaria... (ver nuestro texto aquí). Cuando un mecanismo de esta magnitud se pone en marcha, no es temporal. Además, Macron no habla de limitar este "pase sanitario" a la cuestión del Covid, y por una buena razón: siempre habrá un virus potencial, el propio Covid, como la gripe, no está dispuesto a desaparecer. Por lo tanto, habrá durante mucho tiempo un "fundamento" para la sumisión y el control. Con el tiempo, la gente habrá olvidado cómo y por qué esto empezó, la gente se acostumbrará y el hombre habrá perdido.
Queridos compatriotas, no sé cómo es vuestra Francia, pero la mía no es esa esclava sumisa, que ya ni siquiera se atreve a levantar la vista y asumir su rostro, que pide permiso para salir, que espera temblorosa confinada en sus penates. No sé cómo veis al gobierno de Francia, pero se merece algo mejor que estas títeres fanáticos que la están destruyendo.