Como en un guión preparado de antemano, el simulacro se reanuda con nuevos confinamientos y medidas cada vez más restrictivas. Los confinamientos del año 2020 fueron sólo una preparación general para el próximo escenario.
Cuidado con los recalcitrantes: algunos Länder alemanes quieren crear campos de internamiento para los individuos que violen la cuarentena. Una idea muy descabellada dada la historia reciente de Alemania.
En Estados Unidos, donde el estado profundo políticamente correcto ha regresado con fuerza con una investidura presidencial sin precedentes, protegida por 30.000 efectivos de la Guardia Nacional, cientos de miembros de las unidades de élite del FBI, la CIA, de la ATF, el Servicio Secreto y la policía, con un telón de fondo sonoro proporcionado por Lady Gaga y Jennifer López, las autoridades federales ya han impuesto el uso obligatorio de bozales humanos y están estudiando poner a disposición los campos de la FEMA (Federal Emergency Management Agency) para internar a los escépticos y otros pensadores más o menos libres que no se adhieran a la propaganda oficial.
En Francia, un ministro de Sanidad demasiado presuntuoso ya cree que, a pesar de un absurdo toque de queda nacional a partir de las seis de la tarde, un nuevo encierro parece inevitable y no escatima en medios para conseguirlo.
En Portugal, las escuelas están cerrando. En Italia hay una tendencia al confinamiento parcial, en Polonia la gente protesta contra las nuevas medidas, y en Austria ha ocurrido lo que más se temía: una manifestación contra las restricciones del Covid-19 ha sido contrarrestada por una manifestación de gente que cree firmemente en la obligación de llevar bozal humano y estar confinada. La fábrica de la ruptura social se está tejiendo a velocidad de crucero.
En la propia China, varias ciudades han decretado un nuevo confinamiento.
La tendencia es bastante clara. Hay una continuación de un programa. Ya no es una cuestión de salud o de virus, sino de control político y social. Los humanos están entrando en una nueva era de opresión con una sonrisa.