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Por supuesto, las autoridades sanitarias nunca admitirán un efecto secundario directo de la vacunación. Explicarán que estaba gravemente enfermo y que murió de forma natural. Independientemente que sea X, fue la vacuna la que aceleró su muerte porque estaba vivo y bien dos horas antes de la inyección. Su caso está claramente contraindicado para la vacunación, pero el sistema de atención sanitaria, completamente estúpido y lleno de pánico, prefirió hacerle correr riesgos innecesarios. En otras palabras, no fue el coronavirus lo que lo mató sino la vacuna.
Un hombre de 75 años de edad de Beit Shean murió el lunes por la mañana de un paro cardíaco, unas 2 horas después de recibir la vacuna Pfizer Covid-19.
El hombre recibió la vacuna a las 8:30 a.m. y esperó la hora habitual en la clínica de salud antes de ser dado de alta.
Poco después, el hombre perdió la conciencia y más tarde se confirmó que estaba muerto por una insuficiencia cardíaca.
El Ministerio de Salud dijo: "Un hombre de 75 años del norte del país con una enfermedad cardíaca activa y una enfermedad maligna, que sufrió varios ataques cardíacos, fue vacunado esta mañana contra el coronavirus y murió en su casa poco después del procedimiento."
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