Al igual que con la primera serie de medidas de confinamiento en la primavera, las restricciones destinadas a frenar la propagación del Covid-19 en Europa se producen rápidamente y de un solo golpe.
España y Francia, donde una segunda ola de infecciones se ha propagó ya a mediados de julio, abrieron el camino imponiendo medidas locales de confinamiento a principios y mediados de octubre, respectivamente. Mientras que Francia anunció el confinamiento nacional desde el viernes, la solución local de España abarca actualmente varias provincias importantes.
Alemania ha estado siguiendo estas medidas para confinar el país desde el 2 de noviembre (optando por la solución nacional), varios otros países europeos siguieron su ejemplo esta semana, entre ellos Polonia, que explícitamente no llama a sus nuevas medidas como de confinamiento, mientras sigue aplicando todas las restricciones distintivas, desde el cierre de restaurantes y escuelas hasta la cancelación de eventos culturales y de otro tipo, limitando a cinco el número de grupos que pueden reunirse, restringiendo el acceso a los hoteles e instando a la gente a no viajar por el país.
Varios otros países han instaurado toques de queda para detener la propagación del coronavirus, prohibiendo a sus ciudadanos viajar de noche sin una razón válida. España impone esta medida a escala nacional, además de las medidas locales de confinamiento. Italia ha comenzado recientemente a adoptar un enfoque similar, añadiendo al mismo tiempo al plan el cierre anticipado de restaurantes. Sin embargo, la oposición a estas medidas ha sido feroz en ambos países. Los toques de queda nacionales también están en vigor en Eslovenia, Eslovaquia, Chipre y Hungría, donde todos los bares y restaurantes están cerrados además de los toques de queda locales.
Al igual que en la primera oleada de cierres, la aplicación de la ley varía considerablemente de un país a otro, ya que Alemania se limita a instar a los residentes a permanecer en sus hogares, mientras los controles más estrictos son habituales en España y Francia. A diferencia de la primera vez, varios gobiernos que impusieron restricciones dijeron que esperaban relajarlas de nuevo bastante pronto, a partir de principios de diciembre.