Recientemente, he estado escribiendo sobre mis primeras investigaciones sobre el SIDA y las lecciones aprendidas en los años 80 en torno a los fraudes médicos.
Esta es quizás la lección más importante, y llevó a una curiosa conclusión sobre la psicología humana: Lo llamo LA FIJACIÓN EN EL UNO.
Una vez que desestimé la mísera evidencia de que el VIH causaba el SIDA, empecé a investigar cada uno de los llamados grupos de alto riesgo. Estos grupos habían sido nombrados por el CDC como los más propensos a contraer el SIDA: hombres gays; africanos; haitianos; usuarios de drogas intravenosas; hemofílicos.
Mostré que había diferentes factores no virales en cada grupo que causarían los llamados síntomas básicos del SIDA.
Este fue un gran avance.
Primero, significó que la supresión del sistema inmunológico, que se llamó SIDA, podría ser el resultado de muchas causas diferentes.
Segundo -y esta fue la conclusión central- lo que se llamaba SIDA no fue una sola cosa. Repito: el SIDA NO FUE UNA SOLA COSA. NO ERA UN SOLO SÍNDROME.
El SIDA es propaganda hipnótica
La etiqueta «SIDA» era una pieza de propaganda hipnótica. Se aplicaba a diversos grupos de personas, para hacer parecer que todos estaban afectados por la misma causa.
Para ofrecer sólo un ejemplo de muchos: las poblaciones de África sufrían de desnutrición crónica y severa, y se entendía bien que la desnutrición es la causa número uno del agotamiento de las células T en el mundo. Las células T son parte integrante del aparato de defensa del sistema inmunológico. Si se debilitan gravemente las células T, el sistema inmunológico se colapsa.
Otro ejemplo: en ciertos sectores de la comunidad gay americana, repetidos casos de enfermedades de transmisión sexual tradicionales, como la sífilis, debilitaban el sistema inmunológico. También lo hacía una droga callejera llamada Poppers. Así como un vasto sobretratamiento con antibióticos tóxicos.
Entonces, lo que se llamaba SIDA no era una sola cosa.
El Covid-19 es una etiqueta paraguas
Descubrí entonces, al igual que ahora, que a la gente le resultaba muy difícil abandonar la idea de LA ÚNICA, LA ÚNICA CAUSA. Están obsesionados con eso.
Por ejemplo, ahora, la gente dirá, «Sí, veo que la evidencia de un nuevo virus causante de la pandemia es muy débil, inexistente… así que ¿cuál es la causa, si no es el virus?»
«¿Cuál es la causa?», se preguntan. Bueno, la única causa no existe. Porque, al igual que el SIDA, el COVID-19 es una etiqueta paraguas. La etiqueta «COVID» se aplica a diversos factores que crean síntomas generalizados de gripe. Es una etiqueta falsa. No existe «eso».
Hay muchas personas que sufren de enfermedades tradicionales como neumonía, enfermedades parecidas a la gripe, tuberculosis, infecciones pulmonares–y están siendo reempaquetadas como casos de COVID.
Abandonar la idea de la única causa
Donde hay aparentemente nuevos y diferentes focos de enfermedad, tienes que mirar más de cerca cada uno de ellos. En un lugar, algunas personas pueden estar afectadas por una reciente campaña de vacunas tóxicas. En otro lugar, la gente podría estar afectada por un nuevo producto químico contaminante. Algunas personas podrían estar sufriendo los efectos del lanzamiento de la 5G.
Pero en general, no existe «la única causa de la única enfermedad». No hay una sola enfermedad.
Sin embargo, como digo, el efecto hipnótico de la Cosa Única es fuerte. Mucha gente no puede quitársela de encima. Están pegados a ella.
Por muy mentalmente dispersos que parezcan, quieren enfocarse… y si se les da la oportunidad, lo harán.
Bueno, aquí hay una gran oportunidad. UNA PANDEMIA. UNA CAUSA. UN VIRUS. UNA AMENAZA. UNA SOLUCIÓN: LA VACUNA.
Y es incorrecto, todo el razonamiento es incorrecto.
Jon Rappoport. Artículo original en inglés: COVID: the invention of false reality, the hypnotic persuader
Vía: diariodevallarta
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