El 76.6% de los argentinos cree que los gobiernos del mundo esconden información sobre el COVID-19 y el 60.1% considera que el coronavirus es utilizado políticamente por quienes gobiernan. Por otro lado, el 50.1% cree “poco o nada” a la Organización Mundial de la Salud y sus representantes cuando hablan al respecto de la pandemia. Estas son algunas de las conclusiones a las que arribó la encuesta exclusiva para Infobae que realizó la consultora TresPuntoZero entre el 22 y el 24 de mayo en forma on line entre 1000 casos realizados a escala nacional.
Pero la desconfianza se consolida cuando se le pide a los encuestados precisiones en cuanto al origen del virus. Así, el 68.5% de la población no cree la versión de que el COVID-19 surgió en un animal para luego transmitirse a los seres humanos. Por el contrario, en un 63.6% se apegan a algunas de las teorías alternativas que escuchó.
La mayoría (56.7%) no cree que haya sido creado en un laboratorio estadounidense para atacar a China. Tampoco la mayoría (54.2%) avala que se trate de un invento de China para instaurar el comunismo en el mundo, como señaló el canciller de Brasil. Ni que es un virus diseñado por las farmacéuticas para vender vacunas (64.8%), mucho menos que se trata de un “virus extraterrestre” (73.7%) o que fue creado para acabar con el cambio climático (68.7%), ni siquiera que la tecnología 5G debilitó el sistema inmunológico de las personas (62.9%).
Pero si se suman las distintas teorías alternativas aceptadas por los argentinos, se concluye que el 54.4% creen en algunas de esas posibilidades que les ofreció el encuestador no argumentadas por las institucionales oficiales, y solo el 30.5% considera que “surgió naturalmente y se transmitió por medio de un animal”, como dice la OMS.
El resto, ya en respuestas abiertas, dio argumentos como “quieren controlar unos pocos las riquezas del mundo y matar a las personas de más de 60 años”, “fue creado en un laboratorio en Japón financiado por Bill Gates y bancos norteamericanos”, “no me queda claro quién modificó el virus original, pero alguien lo hizo. Siento esto como la tercera guerra mundial. Sin bombas mataron a muchísima gente” y “Dios lo dipuso por nuestra gran desobediencia y es bíblico toda pestilencia”.
Shila Vilker, directora de TresPuntoZero, explicó el impactante resultado basada en que “cuando aparecen fenómenos inesperados, suelen ponerse en suspenso las matrices de sentido que nos guían, mucho más si las explicaciones no son del todo convincentes, lo que permite el ingreso de lecturas o hipótesis alternativas sobre lo que sucede".
Y se preguntó: “¿Podría evitarse en un momento tan atípico y de explosión de la infodemia la proliferación de lecturas alternativas? Difícilmente. Las creencias alternativas y compartir esos conocimientos puede brindar sensación de control y claridad en medio de la incertidumbre”.
Finalmente, la experta en opinión pública puntualizó que “puede ser delicada la proliferación de lecturas alternativas, ya que se corre el riesgo de socavar la confianza pública, lo que implica un riesgo para el cumplimiento de las indicaciones sanitarias, sobre todo si aumenta la desconfianza en las medidas y baja la disposición a acatar las medidas de protección”.
Ante “la complejidad de la pandemia y el exceso de información -en muchos casos contradictoria- sobre su origen, deja a la explicación oficial de la OMS en un lugar de debilidad, que no logra satisfacer la expectativa de la mayor parte de los argentinos”, ya que solo 3 de cada 10 considera confiable esos argumentos.
Silvia Mercado