Con el objetivo de eliminar los estereotipos comunes que implican sacrificios de sangre y orgías, la comunidad satanista sueca rinde homenaje a la justicia social, a un Estado laico y abraza el feminismo. El propio Señor de las Tinieblas es considerado una figura literaria y un modelo a seguir como un eterno rebelde.
A pesar de que la Iglesia siempre ha considerado a Satanás como el origen del mal y el principal enemigo del hombre, la comunidad satanista sueca ha sido aceptada como una confesión religiosa por la Agencia de servicios jurídicos, financieros y administrativos del país, ha informado el periódico Dagen.
Para convertirse en una comunidad religiosa registrada en Suecia, se deben cumplir varias condiciones, tales como organizar servicios religiosos, como las oraciones o una meditación, y tener un nombre "que no contradiga las buenas costumbres ni el orden general". Según las autoridades, los satanistas marcaron todas las casillas.
El grupo está dirigido por un matrimonio, Erik y Jenny Hedin, de Estocolmo. Ambos son eruditos en la historia de las ideas y la lingüística y no tienen formación en otros movimientos religiosos. Según sus propios datos, tienen alrededor de 100 seguidores. El movimiento se inspiró en El Templo Satánico, un grupo de activistas de Massachusetts, EE.UU., que presionaron para que se abandonaran las oraciones de la escuela, de forma similar a como lo hizo la sociedad humanista sueca...