La hemos visto el pasado 28 de agosto surgir con un pequeño niño de los escombros de un bombardeo en los brazos de un “casco blanco”. Después, sola en los brazos de otro socorrista rodeado de polvo y de un tercero…
Esta manipulación que tenía como objetivo promover la imagen de los “cascos blancos”-estos socorristas de día, y que se convierten de noche en rebeldes islamistas- constituye un ejemplo de falsificación. Lástima que solo interesa a los medios rusos.