En el spot publicitario de la marca KenZO (OZ) que hace la promoción a uno de sus perfumes Kenzo World, veréis que los adoradores de la trinidad Isis, Osiris y Horus ya no esconden sus afecciones por las fuerzas ocultas y la posesión del diablo.
El spot empieza en una sala, en una noche mundana, en el centro, una mujer vestida de verde, representando a Osiris, el verde con su vestido de color verde.
La joven se encuentra en el centro de la escena, escuchando un discurso, de repente se siente mal y decide dejar el acontecimiento.
Cabe señalar que la figura evocadora del satanismo no es la del hombre, sino la de una mujer. Los símbolos masculinos, Baal, Osiris, etc, no son más que símbolos subordinados, el principio femenino es predominante. Por eso se dá tanta importancia a Isis, María, Maria Magdalena…
En el vídeo se ve claramente la pirámide y el cruce configurados en el vestido que lleva la joven.
Cuando la joven fija sus ojos en la cámara, se percibe que ha entrado en posesión, es decir una entidad ha entrado en su cuerpo y comienza a entrar en trance. Su personalidad desvanece y surge otra distinta demoníaca, alternando su estado de conciencia y éxtasis.
Asimismo, tenemos la simbología de los espejos considerados como portales hacia otras dimensiones.
Vemos a la chica admirando al busto del que la posee, el verde.Cabeza humana que camufla sibilinamente las hojas y ramas, representando el renacimiento.
El hombre verde como decoración ornamental se encuentra en muchas iglesias y catedrales europeas. Hay 110 caras de hombres verdes “green Man” esculpidos en la capilla de Rosslyn, Escocia. Las Torres Gemelas, se componían de 110 pisos cada una.
En otra escena vemos a la chica poseída poner sus manos alrededor de sus ojos, significando que Oz (Satanás) nos ve, nos vigila.
El subir las escaleras es una simbología hacia la iluminación, saliendo de las profundidades hacia la cima, la iluminación.
La mujer se encuentra con una fuerza oculta, simbolizada por un hombre vestido de negro y llamando por teléfono con la mano izquierda, dicha llamada simboliza el mundo invisible, las fuerzas ocultas.
La escena pasa, de repente de la iluminación a la oscuridad, el hombre del teléfono le transmite con su dedo índice apuntando el pie izquierdo de la mujer el poder.
Entonces es cuando láseres salen de sus manos, que simbolizan sus poderes después de encontrar con esa fuerza oscura, destruyendo el decorado, representando el poder de la destrucción.
La chica hace ademanes con la mano izquierda, parece que no le responde o esté simbolizando a los del sendero de la izquierda, tradición ocultista para designar a las corrientes oscuras.
La mujer entra bailando en una especie de sala de teatro parecida la Bataclan (atentdo de París) de color rojo, el rojo alude a la sangre, al sacrificio y la danza, una ofrenda a Osiris.
La joven se pone en posición de cruce, de pacto, simbolizando la unión de lo material con lo inmaterial: lo invisible representado verticalmente, y lo terrestre, simbolizado horizontalmente. Cae al reino conocido como el abismo, similar a la esfera desconocida. Dicho abismo es aproximadamente el acceso directo para llegar a la cima más alta del Sephirot, la de Kether (el Cielo).
Después de la caída la vemos entrando por una puerta, simbólicamente es una puerta dimensional, siguiendo el camino que se conoce como la ruta “G”, (recordad la G en el compás del símbolo de la masonería). Ese camino la lleva al ojo, (Horusque es el prolongamiento de Osiris bajo la forma de Horus por la acción de Isis.
El salto hacia el ojo simboliza la entrega del alma al dios del renacimiento, el verde simbolizado por la vegetación, árboles, flores.
La joven sale renacida.