Y a cualquier otro, al fin y al cabo todos persiguen los mismos fines: sumisión y fe ciega en un estado alterado de conciencia (forzado) para poder manipular esa energía.<br />
De cualquier modo habría que entender que nadie por su religión es enemigo natural de nadie, en esencia la espiritualidad real busca el bien, la paz la armonía... es la utilización de esa espiritualidad con fines oscuros la que convierte a sus seguidores en sádicos asesinos que odian a sus hermanos por profesar... la misma fe con otros nombres.